martes, 3 de marzo de 2015

UNA VISITA INESPERADA (LIBRO)



UNA VISITA INESPERADA













ERICK ESTUARDO






UNA VISITA INESPERADA
ERICK ESTUARDO




CAPITULO I


Ocurrió una noche de diciembre, hacía frio y la luz de la luna reflejaba a todo su esplendor, un viento fuerte soplaba.
Se escucho el sonido de la puerta, una visita inesperada venia a turbar y a inquietar la mente y el corazón de nuestro querido Rick Stuard.
El mozo caminó hacia la habitación del señor Rick, el mozo estaba agitado y nervioso, le había cambiado la cara, era como si hubiese visto un fantasma.

-señor, perdone que lo interrumpa
-que pasa Frank
-hay alguien que quiere hablar con usted
-y quien será, a estas horas de la noche
-no lo va a creer señor
-por que lo dices
-la persona que lo busca es…
-no lo digas, iré personalmente a verificar
-si mi señor

Se levanto de la cama, cogió sus zapatos metiendo los pies, caminó despacio hacia la puerta, mientras caminaba, pensó en quien era aquella misteriosa persona, dio un largo suspiro y abrió la puerta.





CAPITULO II



Hacia tiempo que esta persona había tenido la mala fortuna de perder a su amada, nunca se supo que pasó en realidad, si la mujer murió o simplemente desapareció.
Fueron días donde la tristeza y la soledad se convirtieron en sus únicos amigos, al borde de la locura, intentando escapar de aquel vacío que ardía dentro de el, la ansiedad de no tener a aquella persona, y no saber si la volvería a ver,
Un universo infinito de pensamientos pasaron por su mente, pensamientos dedicados a una mujer sin igual, noches de insomnio dedicadas a pensar en ella, lagrimas y tristezas en la compañía de la soledad silenciosa en una oscura habitación.
Sus pensamientos se hacían mas vagos hasta que murieron y no quiso pensar mas en su amada, pero todo esto era absurdo, era inevitable.
Con el simple hecho de ver el sol o la luna venían a su mente todos aquellos momentos vividos., ahora vivía asustado y con miedo a ver el sol, encerrado y deprimido, así pasaron los días y el nunca olvido a su amada.
 





CAPITULO III


Cuando abrió la puerta vio la silueta de una persona, el salió,  enseguida la vio para poder reconocerla.
 Aquella persona estaba de espaldas a el, volteo la mirada, y se vieron profundamente a los ojos, el corazón comenzaba a latir mas y mas rápido, sensaciones extrañas en el estomago, nadie decía nada, el silencio era el mejor cómplice, dio un respiro profundo y se acercó.

allí estaba ella, tan linda, tan sola y vulnerable, vestía una blusa sin mangas de color beige y el cuello destapado, el viento soplaba fuerte, hacia frio, y nadie dijo ni una palabra, el se acerco más y la abrazó.
Ella doblo los brazos colocándolos sobre su pecho y se dejo cubrir por los brazos del sorprendido Rick Stuard.
Desconcertado y con una vos suave dijo
-   Quieres entrar

Ella no dijo nada, el la tomo de la mano y caminaron hacia la habitación, un silencio profundo los inundo, silencio que poco a poco fu haciéndose mas incomodo.,
La dama tomo un lugar en la orilla de la cama, mientras se quitaba el brasear bajo la blusa, el seguía ahí, de pie y sorprendido, mientras veía como ella se quitaba los pantalones.
Todo era tan normal como si nunca hubiese pasado nada, el por un momento pensó *donde quedan esos días de sufrimiento y locura, donde queda esa desesperación y lagrimas*
Se dio cuenta que todo sufrimiento tiene una recompensa, en el fondo el deseaba verla y volver a recordar juntos aquellos sentimientos que nacen de la unión de dos personas.
Y allí estaban.
Después de morir y vivir un infierno, después de pasar descalzo por un terrible desierto.
Volvían a estar juntos de nuevo, solos y en la intimidad de la habitación, lugar donde el amor y la pasión fluían libremente.
El seguía de pie, atontado al ver que la dama tomaba su lugar en la cama y se cubría con las chamarras., el tomo asiento en la esquina de la cama y se despojó de los zapatos luego el pantalón y después la camisa, un minuto después apago la luz y se introdujo en la cama.
Nadie decía nada, ni preguntas ni escusas ni reclamos, el volvió a ser feliz, pero en el fondo realmente estaba asustado, pensaba que quizás todo era un sueño, una ilusión producto de sus fantasías, así que decidió vivir el momento, no le importaba si aquella visita era un sueño o realidad.   





CAPITULO IV




Suave y lentamente acaricio su espalda, hasta llegar a la parte mas carnosa de su cuerpo, seguía acariciándola y llevaba su mano hacia la entrepierna, con la mano derecha acariciaba y apretaba sus pechos, mientras que con la mano izquierda acariciaba su parte intima,. Ella gemía y se movía, tratando de librarse de el, no decía nada, solo gemidos y respiraciones profundas, el no separo sus manos de ella.
Era mágico, soñaba y anhelaba el momento de volver a encontrarse con su amada.
Se besaron, fue un beso tierno y lleno de amor, una acción que reflejaba la necesidad de tenerse el uno al otro, en ese momento el joven rick comenzó a quitar la ropa interior de su amada, mientras ella quitaba las de el.
Quedaron completamente desnudos, el se poso sobre ella y la beso, ella abrió las piernas y se acomodaron, ella lo beso y lo abrazó con tanta fuerza, se aferraron el uno al otro con real pasión.
El suave y delicadamente introdujo su pene en la vagina de su amada, todo fue como la primera vez que estuvieron juntos, era mágico, como un sueño que se a convertido en realidad, nunca en otras vidas o nunca en otras muertes hubiese sido mejor, este era el día que el destino le tenia preparado, el amor floreció, aquellos sentimientos escondidos volvieron a salir a luz.
 Hicieron el amor, se abrazaron y quedaron dormidos.





CAPITULO V




Al siguiente día, despertaron abrazados,. Nada en el mundo era mas importante en ese momento que estar juntos, ella abrió los ojos, el la veía y la besó.
El amor y la pasión volvieron a fluir, e hicieron el amor varias veces y por largo tiempo, algo mágico que solo queda en la memoria de estas dos personas, cómplices de sus travesuras, un secreto que solo ellos saben, se conocían tan bien que con una mirada saben lo que siente la otra persona.
Durmieron por un rato más.
Terminaron de vestirse y ambos salieron, caminaron de la mano., el la dejo en su destino y ella le dijo
-   Te quiero
El la besó y vio como ella se alejaba de el.






CAPITULO VI

Luego de besarla, empezó a sudar, su cuerpo temblaba, la respiración poco a poco fue haciéndose mas lenta, hacia un gran esfuerzo para respirar y pedir ayuda, todos sus esfuerzos eran inútiles, la sensación era como ahogarse en el fondo del mar sin nadie a su alrededor que pudiera brindarle ayuda.

En un intento desesperado logro respirar y dar un grito, agitado y sudoroso, abrió los ojos y observo a su alrededor.
Se dio cuenta que estaba en su habitación, despertando de aquel hermoso sueño. Pues su amada había muerto meces antes.



FIN.




para adriana anabel.



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